sábado, 18 de agosto de 2012

Cavanilles IV


Además de las aguas que brotan en los marjales que tiene Onil tres fuentes preciosas llamadas, la Mayor, la de Fabanella, y la de la Arcada. Nace la primera al pie del monte dentro de la Villa, socorre las necesidades de los vecinos, mueve un molino, fertiliza 70 jornales de tierra: la de Fabanella en la raíz occidental del cabezo del mismo nombre, con aguas para regar 15 jornales; y la de la Arcada, llamada así porque por pasar sobre un arco, en la falda meridional de Montbari, con igual de cantidad de aguas que Fabanella. Como todas nacen á bastante elevación respecto a la hoya, proporcionan riegos á muchos campos que sin ellas quedarían secos. Son estas inferiores en merito á los marjales, bien dan siempre dos cosechas de este modo. Siémbrase el trigo en el tiempo regular, y sigue sus épocas hasta llegar a la perfección: segado y levantadas las mieses, vienen otros trabajadores que aran el campo, y lo siembran de maíz.



Quando este tiene aun el fruto verde entran otros  de nuevo, y en el mismo campo siembran habas, que se hallan ya muy crecidas al coger el maíz, que madura antes de cumpliese dos años desde que se sembró el trigo. Así se suceden las cosechas cada dos años, á no ser que el labrador prefiera otras. La suma de frutos en Onil se regula en 2200 cahices de trigo, 800 de cebada, 600 de maíz, 460 de almendra, 300 de legumbres, 700 arrobas de anís, 4500 de aceyte, 200 cañamo, 1800 de zanahoria, 20 de gualda de tintes, 210 de cantaros de vino y apenas 80 libras de seda.


A este producto debe añadirse lo que rinde la fabrica de paños y alfarería, cuyos operarios se sirven de la greda, muy abundante junto al monte y casas de la población; hacen al año 40 hornadas, estimadas en 150 reales cada  una, y siguen el método  de Biar, echando sal en la masa debe servir para alcarrazas, cuyas paredes trasudan agua en el verano, la qual al evaporarse aumenta la frescura de la que permanece. Algunos vecinos se ocupan de beneficiar las minas de yeso, tan frecuentes en las cercanías de Onil, que sirven de cimiento á muchos edificios del arrabal; hay también alabastro  muy hermoso. Caminando hacia los montes de Biar y Bañeres se descubren otras minas de preciosos mármoles, unos de un blanco pardo con venitas espásticas y puntos brillantes y otros de color carne más ó menos encendido. Hay también allí una brecha compuesta de piedreciltas como almendras, engastadas por una masa arcillosa compacta capaz de pulimento, y de ella se hacen las tazas y muelas para las almazaras.

En la narración hace una descripción muy completa y extensa del almendro que la vamos omitir y dice cuando esta terminando esta  “ dos días de yelo en Febrero ó Marzo la destruyen eternamente, como sucedió en 1792 quando examinaba la hoya. A pesar de esto se plantan y multiplican, y en ellos se guarnece los ribazos de los campos. Así se ven en las cercanías de Onil caminando hacia oriente por más de media legua: alternan con olivos, y después de las huertas empiezan las viñas en un suelo ondeado con barrancos y lomas, algunas incultas y vestidas de pinos. Las lomas son mayores en los confines de Onil é Ibi, cubierta de vegetales nativos, ó de otros que puso el labrador”.


Con estas palabras expuestas el botánico Cavanilles describió el termino de Onil y la Villa. Quizás sus palabras escritas serán de las más consultadas en el Reino de Valencia en nuestros días para saber la vida y costumbres de aquellos hombres que forjaron con sus manos parte de la agricultura de esta tierra y de las peculiaridades que Cavanilles escribió sobre los términos explicando muy minuciosamente sus campos, arboles, frutos, montañas.... Este es el legado que nos dejo muy bien detallado que  hemos expuesto en este blog.

viernes, 17 de agosto de 2012

Cavanilles III


En el termino de Onil brotan varios ojos y fuentes de agua que reunidas muy pronto en riachuelo corren de noroeste á sueste, y aumentadas con las que baxan de Ibi y Tibi van al pantano y de ahí á la huerta de Alicante. Los de Castalla en otro tiempo vendieron á los de Alicante, ó como otros aseguran cedieron en virtud de pretendidos privilegios y concordatos el derecho que tenían á esta agua: ahora que han beneficiado a gran número de campos antes eriles, y llevado a la agricultura á un alto grado de perfección, quieren enmendar el yerro de sus abuelos. Más cautos los de Onil jamás han perdido la posesión y usufructo de las aguas que nacen en su termino, con ellas riegan 400 jornales de la tierra más fértil del reyno, puesto que cada jornal da en el mismo año de diez a catorce cahices de trigo, y otros tanto de maíz.

Cavanilles hace este comentario refiriéndose a Castalla y Onil “ Entre estos dos pueblos queda media legua  de llanuras, y en ellas los marjales, precedidos de un suelo arenisco; es tanto que lo que rinden, que se deben reputar por los más fértiles del reyno, ó sus cultivadores por los más industriosos é inteligentes. Lo son mucho efectivamente, como de fertilísima de suyo la tierra. Esta, aunque naturalmente de arcilla blanquecina, aparece oscura por los abonos que le añadio el colono; mejorase con mezclas de arena cuando es sobrado tenaz; y es transportada otras veces á los campos areniscos para darles substancia. Excavaron los de Onil varios azarbes, por donde corren libremente las aguas de los marjales quando no las necesitan para el riego, y practicaron en ellos á varias entradas para colocar tablones y detenerlas quando deben fertilizar los campos; de los quales los que se extienden hasta las inmediaciones de Onil sirven para maíz y trigo”.


Cavanilles hace referencia a los olivos. “ Presentan los olivos un modelo de acabado que debe copiar quien desee cultivarlos con todo acierto; tienen regularmente tres ramos principalmente bien abiertos, de los quales salen otros limpios, sin confusión, recibiendo todos la influencia del sol y los vientos. Cógese alli el fruto quando está maduro para evitar riesgos que suelen suceder; y á mi parecer debería cogerse aun con mas anticipación, quando la aceytuna es de un roxo negro sin arrugas ni dureza; porque entonces esta llena de xugo sazonado, que lejos de aumentarse en adelante, se altera, se engruesa, y aceyte que proviene no es tan bueno ni de tanta duración. Mejor seria si á de los Provenzales se perfeccionase la fabrica y manipulación; y no tendría la Francia el derecho exclusivo de proveer de aceyte las mesas delicadas, ni seriamos tributarios de ella en este articulo. La aceytuna debe cogerse en tiempo seco y á mano sin esperar que cayga: debe separase la sana de la dañada, y molerse pasados solo dos días, sin darle tiempo á que acinada fermente y se corrompa. Deberían multiplicarse los molinos para el aceyte comun, limpiarse con lexias, como igualmente los utensilios necesarios. Convendría que los propietarios tuviesen molinos particulares, según el metodo Mr Sieuve, para separar el hueso de la carne y extraer de ella el aceyte virgen que queda. La costumbre envejecida, la falta de  luces y de comercio, el exorbitante derecho de almazara, son obstaculo que debieran vencerse. Algunos hallarán otro de mucho bulto en la grandisima cosecha de aceyte que tenemos en España; como si las riquezas embarazasen, ó como si toda se hubiese de fabricar por el modo  deMr. Sieuve.

jueves, 16 de agosto de 2012

Cavanilles II


PRIMERAS PALABRAS DE CAVANILLES EN SU LIBRO “OBSERVACIONES SOBRE EL REINO DE VALENCIA”


En la primavera de 1791 empecé á recorrer la España de órden del Rey para exäminar los vegetales que en ella crecen. Creí que podrian ser más útiles mis viages si á las observaciones botánicas añadia otras sobre el reyno mineral, la geografia y agricultura; puesto que apenas teniamos cosa alguna sobre la posición y naturaleza de nuestros montes (…) Atravesé llanuras y barrancos, y subia hasta las cumbres de los miontes en busca de vegetales. de camino exäminaba la naturaleza de las piedras, tierras, fosiles y metales; observaba el orígen y curso de los rios, la distribución de las aguas. En las empinadas cumbres por medio de una brújula tiraba mi meridiana, y luego dirigia la visuál á los puntos más sobresalientes: los picos de las mesetas, las torres de los pueblos, las ermitas, etc (…) Una de mis principales atenciones ha sido el cálculo de la población y de los frutos, por donde se viene en conocimiento así de la calidad del suelo, como de la industria de sus habitantes (…) El Reyno de Valencia está situado entre los grados 37 y 52 minutos, y 40 y 51 minutos de latitud septentrional, y entre los 15 y 17 con 10 minutos de longitud del meridiano de Tenerife. Al este le baña el Mar Mediterráneo esde el rio Cenia, más allá de Vinaroz, hasta la Torre de la Horadada, o confines del reyno de Murcia (…) La superficie entera consta de 838 leguas quadradas de 20 al grado: las 240 con corta diferencia son llanuras ó valles; las restantes son montes (…)
"Hablaré de lo que he visto".

Entre los cabezos Reconco y Cantal de Arnau queda el puerto de Biar, y el ancho camino que conduce a la hoya de Castalla. Súbanse por más de media hora cuestas suaves, y dexando á la izquierda graderías de almendro en anfiteatro, y á la derecha montes incultos vestidos de vegetales: se estrecha algo el puerto en su mayor altura, donde solo hay pinos y maleza; pero muy pronto vuelve á ensancharse, y empiezan las cuestas para baxar á la hoya, viéndose por todas partes bosques de almendros y sembrados; se aumenta el cultivo, se ensancha el horizonte, y se entra en las anchuras llanuras de la hoya cercadas de montes.
Allí repartió el Criador con abundancia quanto  pueda desear un labrador instruido y laborioso: llanuras con suficiente riego, cuestas de diferentes tierras y posición para variar las producciones, montes donde hay yeso, cal, alabastro, sillares, mármoles  y madera, fuentes copiosas  y cristalinas que amenizan y fertilizan e suelo. Conocieron los  naturales el privilegio de su país, y agradecidos a la Providencia se esforzaron en cultivarlo: plantaron multitud  de almendros en las cuestas de yeso, infinitos olivos y viñas en las arcillosas, trigos y maíces en las llanuras pingues. Excavaron peñas para aumentar las aguas, guiándolas por canales subterráneas, y otros sobre arcos; perfeccionaron la agricultura, multiplicaron los frutos y á proporción el número de familias. No pasaban de 1100 hace dos siglos y actualmente forman el número de 2490 repartidas en quatro pueblos, 750 en Castalla, 600 en Onil, 800 en Ibi, y 340 en Tibi. Este cae al mediodía de la hoya, Ibi al oriente, Onil al norte y Castalla  casi en el centro.

Cuando Cavanilles habla sobre el termino de Castalla, “ Tiene al norte la sierra de Onil, los montes que siguen hacia el oriente, que son el cabezo de Fabanella, nombre que tuvo una corta aldea que no existe, Montbari y Biscoy”.



Libro donde hemos  tomado parte de los apuntes la obra de Cavanilles.



miércoles, 15 de agosto de 2012

Cavanilles I


El legado que Cavanilles dejo sobre el Reino de Valencia ha sido de valiosa información para historiadores, cronista de las localidades pertinentes, curiosos de la historia o simplemente hombres que quieren saber como vivían sus antepasados, donde hizo un inventario sobre la vegetación, agricultura y su producción de aquellas gentes del Reino de Valencia. Fue un observador meticuloso, amante de su tierra, interesado por como trabajaban sus paisanos y que costumbres tenían, hoy en día es un referente de muchos estudios el trabajo del botánico Cavanilles.
Antonio José  Cavanilles i Palop nació en Valencia el 16 de enero de 1745 y falleció en Madrid el 5 de mayo de 1804.  Su infancia transcurre en la ciudad de Valencia, donde cursa sus primeros estudios en el Colegio de San Pablo, dirigido por los Jesuitas. En octubre de 1759 inicia sus estudios de Filosofía en la Universidad de Valencia y de manera privada completa su formación con estudios de Matemáticas y Física.
Es de 1777 a 1789, como preceptor de los hijos del Duque del Infantado, Cavanilles fija su residencia en París. Es allí donde se inicia en los estudios de botánica. En 1780 comienza a mostrar un gran interés por el estudio de las plantas y gracias a su amistad con André Thouin y Antoine Laurent de Jussieu tiene acceso a los materiales custodiados en el Jardin du Roi, el centro botánico más importante de la época. Se ordenó sacerdote en Oviedo en 1772.
 Cavanilles recibió el encargo del gobierno de Carlos IV de emprender un estudio naturalista de la flora española para recoger y clasificar especies botánicas. Su valido, el conde de Floridablanca pretendió blindar España de las corrientes revolucionarias sirviéndose del control fronterizo y de resoluciones que suponían el distanciamiento de Madrid de intelectuales destacados. Cavanilles, cuyo carácter también le había granjeado enemigos y detractores, inició su viaje en su tierra natal.
"En la primavera del año 1791 empecé a recorrer la España de orden del Rey para examinar los vegetales que en ella crecen" son las primeras líneas del prólogo a esta obra. Durante tres años, entre el 20 de marzo de 1791 y el 3 de octubre de 1793, en tres campañas que suman veinte meses de viaje, Cavanilles exploró el país a pie y a caballo: "Con el propósito de averiguar la verdad de todo cuanto fuese posible por observaciones propias, atravesaba llanuras y barrancos y subía hasta la cumbre de los montes".
Como él mismo apunta, no siempre fue bien recibido "A no ser por la hospitalidad que he debido a los dignos párrocos, me hubiera visto muchas veces en la dura precisión de pasar la noche con mis mulas" y se alojó allí donde sus credenciales y a buena voluntad de las gentes abrían las puertas de sus casas. Sorprende la adaptación de aquel hombre acostumbrado a la vida cortesana a la dureza de aquel peregrinaje, cargado de sus útiles para confeccionar herbarios, de cuadernos para sus anotaciones, de muestras de minerales...