Además de las aguas que brotan en los marjales que tiene Onil tres fuentes preciosas llamadas, la Mayor, la de Fabanella, y la de la Arcada. Nace la primera al pie del monte dentro de la Villa, socorre las necesidades de los vecinos, mueve un molino, fertiliza 70 jornales de tierra: la de Fabanella en la raíz occidental del cabezo del mismo nombre, con aguas para regar 15 jornales; y la de la Arcada, llamada así porque por pasar sobre un arco, en la falda meridional de Montbari, con igual de cantidad de aguas que Fabanella. Como todas nacen á bastante elevación respecto a la hoya, proporcionan riegos á muchos campos que sin ellas quedarían secos. Son estas inferiores en merito á los marjales, bien dan siempre dos cosechas de este modo. Siémbrase el trigo en el tiempo regular, y sigue sus épocas hasta llegar a la perfección: segado y levantadas las mieses, vienen otros trabajadores que aran el campo, y lo siembran de maíz.
Quando este tiene aun el fruto verde entran otros de nuevo, y en el mismo campo siembran habas, que se hallan ya muy crecidas al coger el maíz, que madura antes de cumpliese dos años desde que se sembró el trigo. Así se suceden las cosechas cada dos años, á no ser que el labrador prefiera otras. La suma de frutos en Onil se regula en 2200 cahices de trigo, 800 de cebada, 600 de maíz, 460 de almendra, 300 de legumbres, 700 arrobas de anís, 4500 de aceyte, 200 cañamo, 1800 de zanahoria, 20 de gualda de tintes, 210 de cantaros de vino y apenas 80 libras de seda.
A este producto debe añadirse lo que rinde la fabrica de paños y alfarería, cuyos operarios se sirven de la greda, muy abundante junto al monte y casas de la población; hacen al año 40 hornadas, estimadas en 150 reales cada una, y siguen el método de Biar, echando sal en la masa debe servir para alcarrazas, cuyas paredes trasudan agua en el verano, la qual al evaporarse aumenta la frescura de la que permanece. Algunos vecinos se ocupan de beneficiar las minas de yeso, tan frecuentes en las cercanías de Onil, que sirven de cimiento á muchos edificios del arrabal; hay también alabastro muy hermoso. Caminando hacia los montes de Biar y Bañeres se descubren otras minas de preciosos mármoles, unos de un blanco pardo con venitas espásticas y puntos brillantes y otros de color carne más ó menos encendido. Hay también allí una brecha compuesta de piedreciltas como almendras, engastadas por una masa arcillosa compacta capaz de pulimento, y de ella se hacen las tazas y muelas para las almazaras.
En la narración hace una descripción muy completa y extensa del almendro que la vamos omitir y dice cuando esta terminando esta “ dos días de yelo en Febrero ó Marzo la destruyen eternamente, como sucedió en 1792 quando examinaba la hoya. A pesar de esto se plantan y multiplican, y en ellos se guarnece los ribazos de los campos. Así se ven en las cercanías de Onil caminando hacia oriente por más de media legua: alternan con olivos, y después de las huertas empiezan las viñas en un suelo ondeado con barrancos y lomas, algunas incultas y vestidas de pinos. Las lomas son mayores en los confines de Onil é Ibi, cubierta de vegetales nativos, ó de otros que puso el labrador”.