Onil 1936-1939.

Al empezar la guerra en Onil se convirtió en un importante centro de fabricación de aviones de guerra.
En la parte sur de Onil en la llanura del Almarjal se construyó un campo de aviación, se dice que fue uno de los más estratégicos de la Región Valenciana.
La fabrica de muñecas y de alfarería que en aquellas fechas la localidad habían bastantes se habilitaron para talleres de construcción y montaje de aviones de guerra.
Todas las dependencias estaban bajo la vigilancia de un destacamento militar del arma de la aviación asentado en la población.
La fundición de hierro, se convirtió en un importante centro de fabricación de bombas de aviación, que se enviaban a los talleres de Madrid para la carga de explosivos y terminación definitiva.
Hace una década en las puertas de la fundición, se podía ver en sus puertas bombas de aquella época adosadas en sus dinteles, como mudos testigos de una guerra entre hermanos que nunca debió comenzar. Las dependencias de la fundición ya no existen en la localidad desde 2002, que traslado sus maquinarias al polígono industrial “ Dels Vasalos” a la entrada por el oeste a Onil.
Se construyeron varios refugios subterráneos en diferentes puntos de Onil, para resguardar a la población de los posibles ataques aéreos.

De estos refugios podemos citar, el que estaba al mismo lado de la Ermita de San Antonio, cerca de la cruz, otro estaba en la calle Cervantes, calle llamada también calle de la enseñanza, por estar las escuelas de la localidad, este refugio estaba enfrente de las escuelas entre la casa de Cristóbal Pastor y Berjusa hoy local de los Moros Artistas.
En la fundición, dentro del mismo edificio, estaba el más largo de todos y más profundo. Hace años lo pudimos comprobar recorriéndolo.
En la calle las Eras, en aquel tiempo conocido por “ La Venicula” había otro muy cerca del hoy Colegio Virgen de la Salud.
Como se ve estos refugios estaban en el extrarradio del pueblo para el personal de los talleres.
En los refugios de los del pueblo, había uno que se comunicaba entre si, uno en la Plaza Mayor en el rincón del oeste del Palacio, otro en la iglesia que era la plaza de abastos y otro en la plaza del Carmen.
También se habilitaron refugios naturales, cuevas de rocas principalmente en las casas de la calle Valencia, pues la parte trasera de estas casas están al pie de la montaña. En las fachadas de estas casas, estaba escrito el número del refugio y la cabida de personas.
Como ya hemos señalado anteriormente las fabricas se convirtieron en talleres, así como la ermita Virgen de la Salud y la de San Antonio. La iglesia del convento fue garaje de los camiones y las dependencias interiores se habilitaron para refugiados de guerra, estos eran del extrarradio de Madrid en su mayoría.
La plaza de abastos se habilito en la Parroquia Santiago Apóstol.
La casa del Huerto estaba ocupada por soldados que hacían guardia en los talleres y campo de aviación.
La caseta que servia de guardia en el almarjal, hace años se podía divisar en medio estos campos, hoy en ellos esta el polígono el “ armajal”.
En la plaza del convento habían dos cipreses de unos quince metros de altura, del cual solo queda uno, el otro fue cortado para leña durante la contienda.
La prensa de Alicante te recibía por medio de una moto con sidecar que venia desde Alicante.
Cuando se excavo la entrada del refugio de la plaza del Carmen, se toparon con un cementerio antiquísimo, y hace unos seis años cuando se estaba cambiando el alcantarillado y adoquinado aparecieron más cadáveres lo cual las obras estuvieron paradas durante algún tiempo para estudiar los huesos por especialistas en la materia.
Onil nunca recibió ningún ataque aéreo durante la guerra, pero se dieron varias veces las alarmas, cuando aviones bombardearon la ciudad de Alcoy varias veces.
Esta es a grandes rasgos la transformación que sufrió Onil en estos años de la guerra civil.
El escrito es de octubre del 1990 por Francisco Mira Vilaplana y actualizado en 2009.