JUAN VILAPLANA SOUSA

ADMINISTRADOR DEL MARQUES DE DOS AGUAS EN ONIL
NACIO EN 1850 EN ONIL.
DESDE 1887 HASTA 1909 FUE ALCALDE Y CONCEJAL EN VARIAS LEGISLATURAS.
1908 DEJA EL CARGO DE ADMINISTRADOR DEL MARQUES.

domingo, 20 de julio de 2014

La industria siderúrgica


En el programa de fiestas de 1948 del III Centenario en el articulo " Pujante desarrollo de las industrias de onilenses" viene referido este escrito.

 LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA

Por el año 1916, y en lugar modesto pero con ansias de triunfar, Don Santiago Balaguer, con la valiosa colaboración de sus hijos, instaló en el Arrabal de Arriba, pegada a la sierra una modesta fundición.

Modelo obreros, tenaz trabajador, mejor patrono, inteligente técnico e impregnado ya el virus característico del pueblo que precisa crear, abrirse paso, fue colocándose gradualmente en el mercado de España. Pero su desventaja era grande. Onil, aislado comercialmente del resto de la Península reclamaba un mercado independiente, y este tenia que conquistarse, creando algo que obligase a la Industria Nacional a venir aquí, en demanda de lo que aquí solo se fabricase , y la constancia, laboriosidad e ingenio, triunfó, quizás un poco tarde para que pudiera saborearlo su fundador.  Y hoy es una realidad la fundición a coquilla, fundiéndose los rodillos laminadores y camisas de cilindros, que hasta ahora eran traídos en su mayor parte del extranjero, resolviéndose así un vivo problema de interés nacional.
Lanzadas al mercado estas producciones, la fundición ha ido evolucionando a un ritmo acelerado y seguro, hasta convertirse hoy este núcleo siderúrgico, enclavado en este pequeño pueblecito, en un centro fabril colocado a la vanguardia de la producción metalúrgica. Aquella  fundición de la calle Arrabal, transplantada hoy a un lugar más ancho y luminoso, ha levantado hermosas naves que han montado con las exigencias que los nuevos trabajos le exigen, con una sala de máquinas completa para taller, imprimiéndole todo sello de las fundiciones de las grandes urbes. Onil se siente orgulloso de ver su fundición, aliada íntima de su poética fabricación de muñecas, avanzar firme y segura por el camino de la prosperidad, colocándose así a la altura de las primeras industrias siderúrgicas españolas.